jueves, 28 de abril de 2011
Guys should cry.
-Los hombres que a mí me gustan no saben llorar, se dijo a sí misma en voz alta algo indignada, mientras vaciaba su habitación de las últimas flores que le había regalado con aquella nota escrita con pluma, que gritaba ¡perdóname! Cogió un mechero y prendió todas las cartas que él le escribió durante aquel mes en el que no pudieron verse. Borró su número y todo recuerdo que aún permanecía en su memoria de lo que habían vivido juntos, breve pero intenso. Quiso dar la bienvenida a su soltería por todo lo alto, acompañada de sus mejores amigas, en algún bar rodeadas de hombres de mirada lasciva, pero olvidó desprenderse de lo más importante… su corazón, que obviamente, latía por él...
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