domingo, 3 de abril de 2011

The end has no end - The Strokes.


Todavía no entiendo porqué me tiró el reloj a la cara..                                                                     
Las manecillas se detuvieron, un sinfín de recuerdos pasaron por mi mente; nuestro primer beso, su primer “te  quiero”, su primer empujón… Se me nubló la vista.                                
  Después de buscar un porqué, conseguí entender que no valía la pena tanto sufrimiento a cambio de tan poco   amor, si es que así se le podía llamar al trato que tenía hacia mí.           
 Cuando desperté, la habitación, de paredes blancas, estaba llena de ramos de rosas rojas y bombones. La enfermera entró en mi habitación a preguntarme si me sentía bien como para recibir visitas; era él. Su palabrería barata y sus falsos halagos, me reconvirtieron en la princesa de sus cuentos oníricos, aún recuerdo la última imagen que tuve de él, sus lágrimas caían sobre mí, mientras pronunció su último te quiero y , finalmente , tras besarme en la frente cerró aquella claustrofóbica bolsa de plástico.           

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