lunes, 6 de febrero de 2012
Firmado: La instructora.
Recuérdate a ti mismo, que mis besos fueron, son y serán los más pasionales, que al rozar nuestros labios éramos capaces de entrar en un bucle de pasión que nos mantenía horas y horas bailando bajo las sábanas. No olvides cómo se te erizaba el vello cada vez que mi lengua rozaba tu nuca.
No te niegues a ti mismo lo que ambos sabemos, soy lo mejor que ha pasado por tu cama y, no te ofendas, he dejado el listón lo suficiente alto, como para que nadie me supere...
-Y a la próxima que pase por tu cama, dile que todo lo que sabes, lo aprendiste gracias a mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
"que al rozar nuestros labios éramos capaces de entrar en un bucle de pasión que nos mantenía horas y horas bailando bajo las sábanas." Me gusto eso en particular, aunque todo en general.
ResponderEliminarTe he seguido hace poco. Si tengo tiempo comentaré otros textos tuyos de los que tenga algo que decir. De este era obvio que no, si no no estaría diciendo esto ahora mismo. Saludos. Te dejo pasarte por mi blog también, aunque no robes nada, que eso está muy feo. (En realidad te habrás pasado ya, supongo que cuando te diste cuenta que era nuevo seguidor)
Pd: Es broma, no hay nada que robar, tengo la bici con candado.