- No sabría muy bien qué decirle, el caso es que me duele doctor.
- Juraría que tiene usted una arritmia, probablemente producida por un desamor.
- Se equivoca, se equivoca. Esto ha debido ser del frío, estoy seguro. O quizá tengo algún problema de salud…
Debería hacerme pruebas doctor.
Debería hacerme pruebas doctor.
- Serían en vano, está bien claro lo que tiene, además mediante esos síntomas me está usted dando la razón.
- ¿Qué síntomas? ¿El dolor en el pecho, la montaña rusa de mi estómago y el exceso de lágrimas?
- Exacto.
- Doctor, es un claro virus, típico en esta época del año. Recéteme algo y ya está.
- Le receto una canción, Extremoduro- Standby.
- ¿Pero qué broma es esta?
- No es ninguna broma. Escúchela, verá como tengo razón.
- ¿Qué coño me está intentando decir?
- No creo que necesite mi ayuda caballero. Escuche la canción que le he recetado, algún día quizá consiga
entenderlo y, una vez lo entienda y le ponga remedio, le aseguro que su dolor desaparecerá.
entenderlo y, una vez lo entienda y le ponga remedio, le aseguro que su dolor desaparecerá.
No sabía si fiarse de aquel médico, pero para su desgracia era el tercer profesional al que acudía y por alguna extraña razón, todos le habían recetado la misma canción. ¿Qué significaba todo aquello? Las dudas asaltaban su cerebro noche sí, noche también.
-Pero, ¿qué sabré yo? Si sólo soy el recuerdo otorgado por una canción...
Ojalá se pudiera curar el dolor con canciones.. y eso que yo creo en la música, es el bálsamo del alma :)
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