-Te voy a contar algo que aprendí gracias a la experiencia:
Las heridas, no se curan con tiempo, se curan con fuerza de voluntad y ganas.
El tiempo ayuda, sí, pero no podemos dejar todo en manos del tiempo, a veces es un compañero
un tanto desleal y cruel, créeme, sé de lo que hablo.
Debes entender que hay gente, que no quiere superar sus problemas y no deja cicatrizar sus heridas,
prefieren tener la herida abierta, para así no enfrentarse al esfuerzo que supone cerrarla…
Y bien, esa es una opción, la opción fácil, pero a largo plazo, acaba pasando factura.
Teniendo en cuenta que es tu vida y son tus errores, tienes todo el derecho a cometerlos,
el problema es que a veces, cuando nos damos cuenta de que los hemos cometido, es demasiado
tarde como para remendarlos, así que tú decides.
Le costó un tiempo despertar del letargo en el que llevaba sumido casi tres meses,
pero cuando lo hizo, se decidió a tomar las riendas de su vida, apostó por la felicidad y ahora,
no sé dónde debe estar, pero sé que se acuesta cada noche pensando en mí.