lunes, 23 de enero de 2012

Hablemos de todo, menos del tiempo.

-Te voy a contar algo que aprendí gracias a la experiencia:
 Las heridas, no se curan con tiempo, se curan con fuerza de voluntad y ganas.
 El tiempo ayuda, sí, pero no podemos dejar todo en manos del tiempo, a veces es un compañero 
 un tanto desleal y cruel, créeme, sé de lo que hablo.
 Debes entender que hay gente, que no quiere superar sus problemas y no deja cicatrizar sus heridas, 
 prefieren tener la herida abierta, para así no enfrentarse al esfuerzo que supone cerrarla… 
 Y bien, esa es una opción, la opción fácil, pero a largo plazo, acaba pasando factura. 
 Teniendo en cuenta que es tu vida y son tus errores, tienes todo el derecho a cometerlos, 
 el problema es que a veces, cuando nos damos cuenta de que los hemos cometido, es demasiado 
 tarde como para remendarlos, así que tú decides.


Le costó un tiempo despertar del letargo en el que llevaba sumido casi tres meses, 
pero cuando lo hizo, se decidió a tomar las riendas de su vida, apostó por la felicidad y ahora, 
no sé dónde debe estar, pero sé que se acuesta cada noche pensando en mí.

sábado, 21 de enero de 2012

Extremoduro- STANDBY

- No sabría muy bien qué decirle, el caso es que me duele doctor.
- Juraría que tiene usted una arritmia, probablemente producida por un desamor.
- Se equivoca, se equivoca. Esto ha debido ser del frío, estoy seguro. O quizá tengo algún problema de salud…
   Debería hacerme pruebas doctor.
- Serían en vano, está bien claro lo que tiene, además mediante esos síntomas me está usted dando la razón.
- ¿Qué síntomas? ¿El dolor en el pecho, la montaña rusa de mi estómago y el exceso de lágrimas?
- Exacto.
- Doctor, es un claro virus, típico en esta época del año. Recéteme algo y ya está.
- Le receto una canción, Extremoduro- Standby.
- ¿Pero qué broma es esta?
- No es ninguna broma. Escúchela, verá como tengo razón.
- ¿Qué coño me está intentando decir?
- No creo que necesite mi ayuda caballero. Escuche la canción que le he recetado, algún día quizá consiga
  entenderlo y, una vez lo entienda y le ponga remedio, le aseguro que su dolor desaparecerá.

No sabía si fiarse de aquel médico, pero para su desgracia era el tercer profesional al que acudía y por alguna extraña razón, todos le habían recetado la misma canción. ¿Qué significaba todo aquello? Las dudas asaltaban su cerebro noche sí, noche también.

-Pero, ¿qué sabré yo? Si sólo soy el recuerdo otorgado por una canción...