lunes, 11 de febrero de 2013

Benditos domingos.




Sí, me pone mirarme mientras me toco.
Sí, me gusta ver a otros cuando se tocan.
Y sí, me gusta follar y que haya espejos en los que pueda ver cómo me penetran, chupan, tocan, lamen, muerden, besan , etc.
Cuando tengo tiempo libre, me gusta prepararme un baño con espuma, y mientras el espejo se impregna de vaho y la bañera se llena, me gusta quitarme la ropa frente al espejo y contemplarme. Entonces empezar a estimularme, juguetear con mis dedos en la boca, rozarme los pezones con delicadeza, acariciar los labios inferiores, notar como poco a poco, combinando movimientos rápidos y lentos, jugueteando con mi clítoris, me voy humedeciendo, hasta llegar a ese punto en el que me muerdo el labio de placer y contengo mis ganas de gritar. Una mirada pícara al espejo, y a la bañera. ¡Me encantan las tardes de domingo!